El sueño es una función biológica fundamental, tiene una estrecha relación con la salud física y psicológica. No en vano dormimos un tercio de nuestra vida.

Un sueño de calidad es continuo y cumple con la cantidad de horas necesarias según la edad, lo que permite cumplir sus funciones y sentirnos descansados.

Hay algunas pautas con las que puedes medir si estás descansando de manera eficaz.

  • Quedarte dormido en menos de 20 minutos
  • Pasar al menos 85% de tu tiempo en la cama dormido
  • No tener despertares nocturnos, o si los tienes, logras dormirte rápido de nuevo
  • No te cuesta trabajo levantarte por la mañana
  • Sentirte con energía y concentrado en el día
  • Enfermarte poco o sanar rápido
  • Tu salud física en general es buena

Es útil llevar un diario del sueño que te ayuda a identificar aquello que pueda estar deteriorando tu sueño, así puedes hacer los ajustes necesario de manera más fácil y controlada.
Anota tu estado de ánimo, tus hábitos en el día y la noche, despertares, siestas, horarios, etc. Puedes compartirlo con tu médico para recibir orientación profesional.

Si aún no logras dormir como te gustaría y lograr un descanso de calidad, sé amable contigo mismo con paciencia y consistencia lograrás que tu descanso sea de calidad.
Trabaja en tus hábitos diurnos y nocturnos, en el ambiente de tu dormitorio, crea una rutina de sueño y enfócate en tu higiene del sueño.

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