El sueño es indispensable para nuestro cuerpo tanto como otras funciones básicas como comer, beber y respirar. Un sueño profundo y reparador ayuda a que nos sintamos con energía durante el día.

Vale la pena crear una rutina matutina que te ayude a iniciar el día despejado, descansado y con energía suficiente para enfrentar la jornada.

Dormir lo suficiente y con un horario constante.

Duerme las horas necesarias para despertar descansado. Si acostumbras a tu cuerpo a los mismos horarios estará listo para dormir y despertar cuando sea momento.

Evita posponer la alarma.

Si interrumpes tu sueño en periodos de tiempo corto, hará que te sientas más cansado y te costará más trabajo levantarte. Elige un sonido suave que no te despierte de golpe.

Libérate de electrónicos.

Esto te ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, y a estar más enfocado en tus actividades. Por la mañana úsalos hasta terminar tu rutina.

Haz estiramientos.

Aumenta la flexibilidad, mejora el estado de ánimo y contribuye a la oxigenación y circulación en el cuerpo. Puedes estirarte en la cama o practicando yoga.

Hidrátate y toma un desayuno equilibrado.

Bebe agua para activar tu metabolismo y favorecer la eliminación de toxinas. Ten un desayuno saludable que aporte los nutrientes necesarios para enfrentar el día.

Ejercita tu cuerpo. 

El ejercicio es una buena técnica para llenarnos de energía, ayuda a la producción de serotonina y agiliza el metabolismo, dándonos un empujón para el resto del día.

Toma una siesta durante el día.

Debes saber que no hay un sustituto para una buena noche de descanso, pero si tienes problemas para conciliar el sueño por la noche, una solución a corto plazo es tomar una siesta, sin embargo, las siestas también pueden dificultar el sueño nocturno, lo que supone un riesgo de pérdida de sueño al día siguiente.

Estos solo son algunas pautas que pueden ayudarte a iniciar tus mañanas llenas de energía. Busca lo que funciona más para ti, experimentando con distintas rutinas.

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