Desde el punto de vista hormonal, el sueño es un estado altamente productivo y fundamental para el funcionamiento fisiológico.
La serotonina es una sustancia química que transmite mensajes entre las células nerviosas, actúa en distintos procesos en el cuerpo, entre ellos el ciclo del sueño.
Este químico es responsable de estimular las partes del cerebro que controlan el sueño y la vigilia. Poder dormir y despertar depende de qué área se estimula y qué receptor de serotonina se usa.
Esta hormona se produce a través del triptófano, que se encuentra en los alimentos, aunado al consumo de ellos, un estilo de vida saludable, puede ayudar a aumentar los niveles de serotonina.
En el día los niveles de serotonina llegan al máximo en los momentos más soleados para mantenernos en estado de atención, y durante el sueño bajan a su mínimo, para permitir que el cuerpo descanse. Ayudando a controlar el ritmo circadiano. Ocurre algo parecido con la melatonina.
Cuando los niveles de serotonina son bajos, la capacidad de producir melatonina se ve afectada, influyendo en la capacidad de dormir. Sin embargo, los problemas de insomnio pueden tener otras causas, no solo el déficit de serotonina.
¿Cómo aumentar la cantidad de serotonina en el cerebro?
Al realizar ciertas actividades o consumir ciertos alimentos, ayudas al aumento de la producción de serotonina, que puede ayudar a favorecer el ciclo del sueño.
- Disminuye los niveles de estrés
- Evita el consumo de café y bebidas estimulantes
- Consume una dieta rica en triptófano como carne de pavo, pollo, aguacate y lentejas
- Aumenta el consumo de omega-3 como pescado azul, mariscos, aguacate y nueces
- Evita o disminuye el consumo de carbohidratos simples como pan, dulces con azúcar refinada, pasta no integral y arroz blanco
- Exponte a la luz del sol diariamente
- Realiza ejercicio físico
- Duerme tu cantidad de horas necesarias
- Meditar puede ayudar a aliviar el estrés y promover una perspectiva positiva de la vida
La serotonina participa en muchos procesos importantes para el organismo, por lo que el déficit puede comprometer seriamente estos procesos, algunos tan importantes como la regulación emocional o el sueño.