Las neuronas se comunican entre ellas a través de impulsos eléctricos que se pueden medir. A estos se les llaman ondas cerebrales. Las ondas tienen distintos tipos de frecuencias o ritmos, unos son más rápidos y otras más lentas, y esto depende de la actividad que estés haciendo, ¿lo sabías?

Las ondas con ritmo alfa predominan cuando una persona está somnolienta y las transiciones de vigilia al sueño. Continúan durante la fase inicial del sueño hasta que son reemplazadas por ondas theta que son más lentas.

Las ondas alfa también están presentes cuando una persona está despierta y relajada, como cuando los ojos están cerrados o durante la meditación. La producción de ondas alfa está asociada con estados de creatividad, pero tienen a desaparecer cuando una persona realiza una actividad mental que requiere mayor atención.

La actividad eléctrica en el cerebro, incluidas las ondas cerebrales alfa, se mide con un electroencefalograma (EEG). Un EEG es un componente común de un estudio del sueño. Estudiar las ondas cerebrales con un EEG ayuda a los profesionales de la salud a diagnosticar trastornos del sueño como la narcolepsia. Los médicos también utilizan EEG para diagnosticar afecciones cerebrales como la epilepsia.

Los ritmos alfa propios de la relajación, permiten el paso al sueño si los ojos están cerrados. El déficit de ondas alfa, provocan dificultad para relajarse. Con estudios actuales sabemos que el sueño natural y sus funciones no son posibles de suceder si no existe antes un ritmo alfa en el cerebro.

Los elementos en conjunto de la Banda Neutónica facilitan la aparición de los ritmos alfa cerebrales. A través de un cuidadoso diseño, promovemos y facilitamos las condiciones ideales para que el cerebro pueda relajarse y facilitarle un sueño natural.

Los ritmos no son creados artificialmente, sino que ayudamos al cerebro a guiarlo para que pueda encontrarlos por sí solo. Lo que conlleva a una profunda relajación.

 

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